Demonio
El horror no es un género cinematográfico fácil; ya que las cintas deben tocar las teclas del miedo en el espectador; y aquellas están relacionadas con traumas infantiles y monstruos de la imaginación y del subconsciente.
El horror no es un género cinematográfico fácil; ya que las cintas deben tocar las teclas del miedo en el espectador; y aquellas están relacionadas con traumas infantiles y monstruos de la imaginación y del subconsciente.
Hay cintas que no tienen mayor pretensión que ser un divertimento mientras dure la proyección de la misma, sin remover a posterioridad otras teclas de la psiquis del espectador. Estos filmes, por lo tanto, deben ser evaluados por la eficacia de su puesta en escena, del guión y de la adrenalina y tensión que sus imágenes sean capaces de transmitir al público.
No es común ver, en la cartelera de estrenos, cintas estadounidenses del género dramático, ya que se prioriza, por razones comerciales, aquellos filmes livianos románticos o de frentón las comedias de humor “idiota”; a pesar de que el cine del país del norte tiene una importante tradición en el cultivo del drama de buen nivel.
La historia humana está plagada de grandes héroes desconocidos, que tal vez no han cambiado el rumbo de la civilización ni siquiera de un país; pero que renuevan la fe en esta desprestigiada especie.
Hay personajes de ficción que están tan llenos de vida y tan bien construidos que cuando son llevados a la pantalla el espectador tiene la ilusión de estar presenciando la historia de una existencia más real que la de muchos conocidos.
La saga de “Crepúsculo”, que ya llevaba tres entregas, con esta cuarta definitivamente optó por un producto claramente dirigido a los adolescentes, con énfasis en el triángulo amoroso de los protagonistas más que en la oscura personalidad de vampiros y hombres lobo.
Si bien “Larry Crowne” es una comedia estadounidense sólo correcta y discreta, se agradece finalmente entre tantas comedias “imbéciles”, con las cuales nos regala generosamente la industria de Hollywood, y que debemos soportar, ante la ausencia de estrenos de cine independiente del país del norte.
Las epidemias, así como las guerras, tienen un rostro terrible que implica muerte y destrucción; pero también tienen una trastienda poco conocida que significa grandes negocios para los que aprovechan la oportunidad y producen y venden las vacunas y las armas, respectivamente.
Mucho se ha dicho que Raúl Ruiz (1941-2011) es el más importante cineasta chileno de la historia, cosa que también asevero. Y presento este filme (del cual se estrenó la primera parte) como prueba de lo que digo.
Lea el comentario sobre la película que retrata la adolescencia del mítico músico inglés.
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