Todo por 672 millones en 8 años

Más allá de las particularidades de cada uno, llama la atención los altos montos asociados, con gastos por casi 400 millones de pesos en los candidatos con más ambiciones, sobre todo si se considera que un senador percibe un salario mensual por su trabajo que asciende a los 7 millones de pesos.

Es cierto que los ingresos podrían elevarse si es que el ungido no gastara en lo que corresponde todo lo que recibe adicionalmente por concepto de asignaciones, que han sido creadas para que pueda ejercer a cabalidad su labor de representación popular, listado en el que se encuentra la plata para la apertura y mantención de oficinas, secretarios, asesores y gastos varios.

Sin embargo, si se consideran sólo sus sueldos, durante los 8 años de representación los senadores ganan en total “sólo” 672 millones de pesos. ¿Tiene sentido gastar tanto para conseguir eso? ¿Cómo es que terminan devolviendo tal cantidad a quienes ayudaron a financiar sus campañas? La Ley Electoral, al permitir que siga existiendo el ítem de financiamiento reservado, no ayuda a esclarecer la oscuridad que sigue pesando sobre este sistema.

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