Joven y alocada

En este caso, “Joven y Alocada” (2012), el primer largometraje de la cineasta Marialy Rivas, que también co-escribió el guión, tiene elementos destacables y otros reprobables; pero en el balance general muestran la aparición de un nuevo nombre a seguir en la filmografía nacional.

Rivas, de 35 años, estudió en la Escuela de Cine de Chile y con anterioridad había dirigido un documental, “Desde Siempre” (1996); y un cortometraje, “Blokes” (2010).

“Joven y Alocada” cuenta la historia de una adolescente de dieciocho años, Daniela (Alicia Rodríguez), perteneciente a una familia de clase media, pero con la particularidad que sus padres (Aline Kuppenheim y Alejandro Goic) son fanáticos evangélicos. La madre es represiva y castradora; y el padre es ausente emocionalmente y no participa en la educación de su hija (de hecho aparece borroso o fuera de foco en varias tomas).

Daniela tiene un blog, que firma joven y alocada, donde expone, con lenguaje soez y directo, sus apetitos sexuales, sus frustraciones y sus pequeñas aventuras; especialmente el ejemplo de su hermana mayor, Isabel (Ingrid Isensee), que se casó sin autorización y fue desterrada del cariño familiar; y sus confusos escarceos eróticos con su recatado pololo evangélico, Tomas (Felipe Pinto) y con su amiga Antonia (María Gracia Omegna).

Entre los elementos destacables de la cinta podemos mencionar la frescura de la narración y de los personajes; sobre todo el de Daniela, que se toma la vida con bastante humor, a pesar de sus problemas. Lo que no convence del filme es que claramente está dirigido a un público objetivo adolescente, de entre catorce y dieciocho años; al que para atraerlo da la sensación de que ha hecho una concesión: un lenguaje demasiado grosero y fácil, señal de la frivolidad con que se trata el tema de la sexualidad, fundamental no sólo en esa etapa de la vida.

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