En el ámbito de la Ingeniería, “ene” coloquialmente significa “mucho”. Sin embargo, la nueva Estrategia Nacional Energética presentada por el Presidente de la República muestra muy poco de lo concreto. En las últimas decenas de años, se ha alegado que la energía en Chile no ha tenido una estrategia coherente a futuro, con leyes, proyectos y una visión país a largo plazo. Lo presentado por el Ejecutivo ha dejado el panorama mucho peor: Chile sigue sin una estrategia energética coherente a largo plazo, no hay leyes, planes, programas, proyectos, reglamentos, etc. Solo hay anuncios que, además, son los mismos hechos en enero. De paso, me siento obligado a destacar errores y omisiones en lo presentado. El error más grande del documento, que reproduce incansable la prensa y las autoridades en general, es que confunde “energía en Chile” con “energía eléctrica”. Craso error. La electricidad es un energético secundario, que de acuerdo con los datos de la CNE, Comisión Nacional de Energía, es -por dar un ejemplo cotidiano- sólo el 15 % del consumo medio de un hogar chileno. Por otra parte, considerando la media de todos los hogares chilenos la humilde leña llega a ser el 59% de la energía que consumimos en el Sector Comercial-Público-Residencial, un dato que no aparece ni en los bordes de la ENE, tampoco en la prensa, y tiene una importancia socio ambiental enorme.
La electricidad no es “la energía en Chile”: la electricidad es un negocio muy bueno y muy mal regulado que está en manos privadas en un “súper libre mercado”, o “gane plata como quiera”. Tenemos una de las electricidades más caras de América. Pero el que sea un portentoso negocio empresarial y privado, no significa que confundamos, por favor, este insumo secundario con “la energía de Chile”. Redundando majaderamente, en este humilde texto se advierte, con respeto y cariño, a la prensa y al sector político opinante, que cuando hay una crisis eléctrica no necesariamente hay una crisis energética del país. Energía en Chile, en orden de peso aproximado: 44% petróleo (que no tenemos); 23% leña y otros (que mal que mal es nacional); carbón mineral un 17% y en alza (estamos carbonizando la matriz); gas natural 9,8%; e hidroelectricidad, por favor anótese esto: 8%. Medias oficiales de los últimos años. En el lanzamiento de ENE se escuchó algo como “hidrolizar Chile” tácitamente con fines eléctricos. Si leyeron bien lo anterior, encontrarán una serie de errores y más bien ENE parece una afirmación de gobierno sobre proyectos como Hidroaysén. Fantástico sería tener una estrategia nacional de aguas, pero no es este el caso. Sin comentarios. Hay también voladores de luces sin determinar, como la famosa “carretera eléctrica”, que aparece sin plan, plazos, ni leyes que se puedan leer; agregado a esto 100 medidas no especificadas, que en las “próximas semanas y meses” se irán anunciando. De terror.
De las energías renovables nacionales no convencionales, ERNC (geotermia, solar, eólica, mini hidro, dendro), en ENE no se agrega absolutamente nada nuevo. Lo interesante es que las ERNC son a largo plazo, la solución a nuestra fea dependencia energética contaminante y no controlada con proveedores internacionales. Mientras no se actúe con visión país en el tema renovable, la siniestra amenaza de lo nuclear seguirá pendiente. Ahora que lo nuclear se derrumbó en el mundo, el lobby nuclear de segunda mano en Chile pesa sobre el mundo político sin distinciones. Por supuesto se menciona por milésima vez en ENE la eficiencia energética, sin decir qué, cuándo y cómo. Ser eficiente es nuestra “fuente” de energía local más importante y lo estamos diciendo hace 30 años. El problema está en que ser eficiente en energía eléctrica, por dar un ejemplo en particular, es bajar las ganancias exultantes de los grupos económicos dominantes en el privado sector eléctrico chileno. También, sin comentarios…
Por otro lado, estudios nacionales serios indican que las pequeñas medianas y micro “centralitas” hidroeléctricas pueden superar la producción de los megaproyectos hidroeléctricos. Pero eso no es negocio para los grandes, es libertad y diversidad para los chicos, pero eso es otro gobierno. Por ahora, la propuesta suena como mega embalsar Chile, otro error garrafal. Larga la queja, pero debe entenderse que, tras tantos años mostrando al país que se requiere una estrategia seria, ordenada y concreta para el futuro energético de Chile, aparece un documento como éste, con errores conceptuales profundos, que no dice nada nuevo, sin medidas, sin leyes, sin tiempo, sin precisiones, apoyando sólo a grupos de poder económico, y sin tomar en cuenta trabajos científicos e ingenieriles en el tema, que se han hecho y presentado seriamente a las autoridades de la República. Así la cosa, confieso que me da miedo.
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