Como siempre, como me gusta

No vamos a mentir. Lo mío siempre ha sido la desubicación. No hay nada más sublime que meter la pata a fondo con lo que sea. Me da risa darme cuenta después de lo que dije o hice. Ser políticamente incorrecto es lo que más me identificaba, hasta que me casé. Por abajo de la mesa siempre mi señora en casa de mis suegros me muele a patadas porque voy a empezar a hablar demás. Me encanta. Ahora más moderado, no me mando tantas macanas, pero, siempre hay un pero.

Me cambié de laburo. Dejé lo monótono y la seguridad de trabajar como periodista deportivo en un canal importante de televisión, para meterme de lleno en los negocios familiares. Administrar uno de los restaurantes en Santiago. La primera medida fue comprar un sistema computacional de comandas. Llegaron los tipos a instalarlo. Uno medio cuadrado y el otro más sonriente. Les pregunto la edad.

– 22 años…

– 23 años…

– ¿Qué? ¡ Tan jóvenes! ¿¿Qué hacen trabajando y a esta hora?? Váyanse con putas, salgan con mujeres, acuéstense con todas las que sea posible, salgan de joda, pa’ qué trabajan, estudien y metanse con todas las compañeras y profesoras, con todas.

Un consejo de la voz de la experiencia. Los tipos me miraban nerviosos. Pasó media hora y les pregunto: ¿Y ustedes dónde se conocieron?

– Somos hermanos en la fe, dijo uno

– Nos conocimos en la iglesia, dijo el otro.

Y no pude aguantar la risa. Eran evangélicos y yo recomendándoles que se acostaran con todo lo que venga.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*