Su nombre se ha convertido en prenda de garantía. Es garantía de simpatía, de empatía con el público (especialmente el más joven), de misterio, de revelaciones, de locuras, de desenvoltura, de rating y convocatoria.
Aunque nunca ha perdido un perfil más bien anti sistémico, Juan Andrés Salfate está convertido en casi un ícono pop para miles de chilenos que creen que somos afectados y hasta oprimidos por las conspiraciones impulsadas por los poderosos, y que él se encarga de revelar a través de videos y relaciones en los programas de televisión en que participa.
Y de la TV ahora se atrevió a saltar a los teatros, las salas masivas, donde expone, exhibe y responde las dudas del público que lo ha seguido fervorosamente, como sucedió a inicios de junio en Viña del Mar, donde repletó dos veces en dos horas el Cine Arte. Toda una proeza para una ciudad en la que los espectáculos invernales suelen penar las ánimas, y que fue lograda gracias a la productora Árbol Publicidad, que lo traerá de vuelta al mismo recinto de la Ciudad Jardín el viernes 6 de agosto a las 20 horas.
– ¿Qué fue lo que te llevó a arriesgarte a participar en este tipo de eventos, siendo que tu venías de otra área?
– «No pienso en el riesgo, sino en el deber y en devolver con gratitud lo que se me ha dado».
– ¿Pero por qué pensaste que esto de lo desconocido y las conspiraciones tendrían un público dispuesto a pagar una entrada, cuando el material hoy circula libremente por la red?
-«No me extraña. En nuestro tiempo se enciende el instinto, la necesidad, de saber el por qué de todo».
-Hace poco menos de dos meses llenaste el Cine Arte de Viña, lo que no suele ocurrir a menudo en esta ciudad, especialmente en invierno ¿por qué crees que provocas esto? ¿te lo esperabas?
– «Es una mezcla de cosas. El fenómeno mediático de mi persona, mezclado con temas de interés anidados en el inconsciente colectivo».
– Hay gente que te tiene como un gurú nacional de las revelaciones conspirativas ¿te lo crees, considerando que muchos programas te quieren como panelistas?
– «No tanto como se cree. Para muchos soy peligroso. Un arma cargada sin restricciones o miedo al sistema. La falta de inhibición provoca susto en esferas donde reina el pensamiento oficial y tradicional».
– ¿Y cómo lo haces para descubrir tantas teorías raras que resulten atractivas? ¿Cuánto tiempo le dedicas a esto? ¿trabajas solo en ello?
– Las conozco desde que era adolescente. Basta con hacer un seguimiento jerárquico de elementos consecutivos para entender el origen y las consecuencias de ciertos problemas conspirativos. No le dedico tanto tiempo, porque es algo que surge de forma natural y lógica. Me ayudan algunos profesionales y me nutro de informaciones clasificadas provenientes de personajes que están dentro de donde nacen las hipótesis».
¿Y tu crees de verdad en esas conspiraciones que presentas?
– «Por supuesto. Pero siempre trato más de enfocarme en la solución que en el problema. El problema es casi siempre una ilusión. Una trampa mental tendida por los malignos de este planeta y quizás otros. Pero el fin de toda esta cadena yace dentro de nosotros mismos».
Ahora vuelves a Viña después de tan poco tiempo ¿traes material completamente nuevo o sólo añadirás elementos para extender la duración?
– «Resumiré brevemente lo expuesto con anterioridad y me explayaré en lo que solicita la gente en los blogs. También daré suma importancia a las dudas personales (que siempre tienen un carácter colectivo) del público asistente».
– ¿Qué podrías adelantarnos del espectáculo?
– «Las conspiraciones, todas ellas, se remiten a un solo problema. Entonces, la puerta de salida está más cerca de lo que se piensa y voy a tratar de indicar el camino que conduce a ella».
– La promoción del evento dice que éste sería el último en su tipo ¿significa que dejarás de hacer eventos de este tipo o que comenzarás a preparar otro?
– «Las cosas se complican cada vez más cuando uno se mete en estos asuntos. Primero tengo que amarrar algunos cabos, crear redes de protección y así ver cómo sigo adelante con esto. En muchas tarjetas de saludos, slogans espirituales y mensajes inspiradores que se lanzan a la rápida se dice que todos somos uno. Que somos Dios, o que Dios es nosotros y que no hay un nosotros sino solo una unidad ilusoriamente fragmentada que vive y sufre. Pues es verdad. Yo vi y viví esa verdad por unos instantes. Vamos, pues, a por ella».
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