Ilustres personajes de la historia nacional, como Pablo Neruda, Augusto Pinochet y Salvador Allende acudieron al Café Riquet de la plaza Aníbal Pinto para degustar alguno de los productos del establecimiento, atraídos por su magnetismo patrimonial e importancia histórica. Hoy, sin duda, estarían dolidos si supieran que, luego de 76 años de existencia, el lugar que por décadas reunió a artistas, políticos, escritores y protagonistas de la vida social de nuestra sociedad cerró definitivamente sus puertas.
Y aunque muchos no se logren convencer, así fue. Debido a la adquisición que la inmobiliaria Santa Ana hizo del edificio donde funcionaba el café-restaurant porteño, éste debió bajar las cortinas ayer a las seis de la tarde. Un proyecto de hotel boutique en el lugar desplazó al Café Riquet, sumado al abandono en que, desde hace un tiempo, la comunidad porteña y las autoridades dejaron al establecimiento. Esto significó que las deudas crecieran y la clientela disminuyera, lo que terminó por colapsar el negocio.
ESCASO APOYO
Durante su último día de operación el Café Riquet recibió ayer la visita de sus acreedores, que aprovecharon de llevarse algunas cosas antes que los nuevos dueños tomaran posesión del inmueble.
En medio del ajetreo propio del embargo, el dueño del 66% de la marca “Café Riquet”, Jorge Garrido, criticó la falta de apoyo que tuvo su local para poder mantenerse vigente.
“Los porteños tienen una capacidad impresionante de condolerse de las cosas que están pasando, pero eso no se traducía en las ventas (…) Aquí vino el senador Nelson Ávila, Sergio Bitar, Laura Soto, Marco Núñez, a hacer sus campañas, pero nunca más volvieron. Respecto de los movimientos ciudadanos, recién hoy se notaron los movimientos ciudadanos, pero fue muy tarde”, dijo dolido el empresario, quien también se quejó de la actitud municipal.
“El Café Riquet es la única institución en Chile que tiene una academia de tango bajo el alero de la Academia de Tango de Buenos Aires, pero el lanzamiento de Valparatango se hizo en el Café del Poeta. Pero después sale el alcalde enojado porque el gobierno central no se preocupa de apoyar el patrimonio”, criticó Jorge Garrido.
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