En conversación con Tresparrafos.com, Rolando Jiménez, presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) repasó lo que fue el largo proceso judicial al que se enfrentaron desde que asumieron un rol activo en la búsqueda de la verdad en el caso del incendio de la discoteca “Divine”.
La larga investigación, de casi 16 años, llegó a su fin en diciembre, con el sobreseimiento definitivo de la causa y con la notificación que esta semana llegó a las oficinas del colectivo que lleva años luchando por los derechos de las minorías sexuales. “Para nosotros esto cierra un ciclo. He estado, personalmente y como movimiento, desde el otro día del incendio preocupado de este tema, y de que hubiera justicia en este caso. Ahora es un alivio poder cerrar este episodio con la convicción y conciencia de que hicimos lo posible por establecer la verdad”, cuenta el dirigente.
Aunque en el aire queda cierta impotencia, porque “lamentablemente la justicia sólo pudo llegar en forma parcial al prescribir civil y penalmente las responsabilidades del hecho”, para Jiménez de todos modo el cierre judicial de las pesquisas impone una verdad indudable, confirmando desde diversas fuentes que “el siniestro se debió a un desperfecto eléctrico gatillado por las instalaciones irregulares que la gente del local realizó”, y no por un atentando de tintes homofóbicos, hipótesis que por años se barajó.
Según el presidente del Movilh, un aspecto importante que quedó en evidencia, fue la “siniestra operación” que orquestó Nelson Arellano, el dueño de la “Divine”, al inventar la tesis de que el incendio había tenido como causa un atentado -incluso adiestrando a sus empleados sobre lo que tenían que decirle a la justicia-, para ocultar la verdad: “que el incendio fue provocado por una instalación fraudulenta de una segunda red eléctrica, con el fin de ahorrar dinero del enorme consumo de luz que tenía la discoteque”.
Así lo confirman los dichos de la magistrado, apoyados por la investigación paralela que realizó la agrupación, que apuntan directamente a Arellano como responsable del cuasidelito de homicidio, “delito que lamentablemente no pagará con un solo día de cárcel (…) pero de todos modos, al saberse la verdad de los hechos, creemos que alcanzamos la justicia que era posible alcanzar en este proceso complejo y agotador”.
Rolando Jiménez también cuenta como triunfo el aporte de la investigación para que de una vez por todas terminaran los mitos que se tejieron en torno a la “Divine” en los días posteriores, cuando incluso otros grupos que defendían a minorías sexuales, hablaron de ocultamiento de víctimas, de decenas de fallecidos y de entierros clandestinos en cementerios de Valparaíso. “Todas esas tesis quedaron borradas ya en el 2003, cuando supimos parte de la verdad”, agrega.
“Con esto cerramos definitivamente el tema. Hace dos años, cuando ya se clarificó que no había sido un atentado, concordamos con las familias de las víctimas nunca más hacer un acto, y hoy lo sostenemos. Es hora de que descansen en paz”, finaliza el dirigente.
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