Ajenos a los avatares que padecían sus pares nacionales, que osaron con dejar a Chile entero sin ese refrescante licor espumeante, la producción cervecera artesanal de la Región de Valparaíso resistió, en general, de muy buena forma el embate del terremoto y ya se encuentra en plena producción y procesos de entrega.
Sólo una de las tres empresas familiares más relevantes del rubro se vio complicada. Fue la villalemanina Kvas –que significa “levadura” en ruso-, que estuvo paralizada durante casi 3 semanas porque se le cayeron los fermentadores, quebraron las botellas y perdieron materia prima y producción terminada, que en promedio mensual llega a los 2 mil litros. “Aún no tenemos un cálculo definitivo de las pérdidas, pero son importantes. Por suerte ya retomamos y estamos en plena entrega”, comentó Rina Fredes, que junto a su marido Mario Barrientos son dueños de la compañía fundada el 2008.
Mucho mejor les fue a la Cervecera del Puerto (de Valparaíso) y a la limachina Tauss Bräu. El gerente comercial y maestro cervecero de la porteña, Andrés Arancibia, contó que el terremoto sólo los tuvo paralizados mediodía, agregando que es probable que las informaciones de desabastecimiento de las nacionales les haya traído nuevos consumidores a sus cerca de 30 mil litros mensuales de cerveza; a diferencia de lo que sucedió con la empresa de Limache, donde su dueño y maestro, Robert Bräu, si bien coincidió en que tampoco sufrieron con el sismo, no notaron variaciones en el consumo de sus 1.200 litros durante el período más crítico.
Nota publicada el 18 de abril de 2010
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