Los sicólogos creen que acá están dadas todas las condiciones para ser feliz, recordando que este es un concepto subjetivo y que, por lo tanto, conseguirlo depende de la predisposición.
“Hay ciertas máximas que las personas tienen. Es como un guión que arman en sus cabezas acerca de la felicidad. Por lo general se trazan expectativas muy altas para todo o esperan que otro lo haga feliz a uno”, dice Cristóbal Guerra, sicólogo del Instituto de Terapia Conductual Cognitiva.
“Además, hay que entender uno no es feliz, sino que se siente feliz. Y eso implica aceptar las cosas difíciles de la vida. Como dijo Khalil Gibran: la felicidad es aprender a vivir las estaciones de la vida”, recuerda su colega, Mariana Searle.
Para ello ambos llaman a dejar prejuicios y recuerdan que la filosofía de la felicidad basada en el tener es la más frágil, siendo más complejas y plenas las que se inspiran en el hacer y en el ser, pero para eso hay que mirar la vida de otra forma.
“Llamo a que miremos nuestra ciudad con ojos de turistas y ahí nos vamos a dar cuenta de cuán afortunados somos. Todas las noches deberíamos hacer el ejercicio de repasar 5 cosas que me han hecho feliz, y eso implica ver también las cosas chicas. Y si no encontramos muchas, no hay que desanimarse, hay que salir a buscarlas, porque no hay que esperar que la felicidad llegue, sino que hay que ir a buscarla, pero para eso necesitamos aprender a ver lo positivo, resetearse y sacarse el virus de lo negativo y comenzar a ver el mundo con los ojos del entendimiento”, recomiendan los especialistas.
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