Aunque el imaginario señala que los santiaguinos son unos trabajólicos, acá también las jornadas se extienden más de la cuenta. Los estudios oficiales apuntan que mientras los hombres en la Región Metropolitana están en su empleo por 9,22 horas al día, los de esta zona están 9 horas y los de Concepción 8,69.
“Los chilenos tenemos horarios muy largos de trabajo y poco productivos. Es bien visto pasar harto tiempo en el trabajo, pese a que nos quitamos tiempo de nosotros mismos”, ironiza la sicóloga Mariana Searle.
Lo peor es que las jornadas no se extienden sólo en el trabajo, sino también en el desplazamiento de vuelta a sus hogares, que de todas formas acá es muchísimo mejor que en Santiago, pero no tan bueno como otras ciudades más pequeñas o la misma Concepción, que ha modernizado a pasos agigantados su red vial urbana en los últimos años.
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